viernes, 5 de agosto de 2016

'SANDUICHE DE PERNIL COM ABACAXI'.



Corría el primer semestre del año 2.005 y emprendí mi primer viaje a Río de Janeiro, con la inmensa ilusión de encontrar la forma de grabar mi segundo disco allí. Brasil es una fuente inagotable de música, de buena onda, la tierra del 'tudo certo, tudo legal', la de la 'galera', la de la 'saudade', quería todo eso y más impregnando, de alguna manera, mis canciones.

En aquel momento de independencia resultaba demasiado costoso para los novatos bolsillos de mi propia productora, Equilibrio Producciones Ltda, asumir la producción entera del disco allí en Rio de Janeiro, así que regresé a Colombia, grabamos en Bogotá, y a principios de 2006 regresamos a Río y logramos que la mezcla y el Master lo hicieran talentos brasileños, Ronaldo Lima y Carlos Freitas respectivamente. Mientras la mezcla, logramos que un par de músicos brasileños grabaran unos detalles que enriquecieron ese álbum, el inconfundible cello del inmenso maestro Jaques Morelembaum en la versión acústica de 'Acabado', y quica y algo de percusión menor a cargo de Vanderlei Silva en 'Peticionario'. El aroma estaba ahí, y la adicción a los 'sanduiches de pernil com abacaxi' de Jobí en el lindo barrio de Leblon, ya era parte de mi vida.

En principios de 2.011 hice una tercera visita, bastante institucional, que derivó en mi cuarta visita, a mediados de ese mismo año. En esta ocasión fuimos junto con Mariana Zuloaga y Nacho Mañó, y el lujo de compañía de Gisela Renés y Martín Recondo, invitados por Sony Music Brasil, porque se habían entusiasmado con la idea de grabar 'Cruce de caminos' en portugués. Hospedados en Copacabana, y bajo la tutela de un coach de portugués maravilloso llamado Felipe Abreu, nos sumergimos en esa bellísima aventura. La versión en portugués de ese álbum se llamaba 'Caminhos cruzados', y estuvo a punto de salir, el 1er sencillo era 6:00, que en portugués tenía por título 'Dorme um pouco mais', pero hubo un cambio interno en Sony Brasil, y terminó en algún escritorio sin ver la luz, ojalá algún día nos animemos a sacarlo. Como siempre, Cecilio, el amable y dicharachero mesero de Jobi, nos llevaba nuestros 'sanduiches de pernil com abacaxi' a la mesa, acompañado por el infaltable tarrito de mostarda escura.

Estamos en la mitad del año 2.016, y hace dos meses volví a Río de Janeiro. Viví durante casi un mes en Copacabana, caminé sus generosos andenes, me perdí en la infinita vista del mar. Grabé el que será mi 6to disco de la mano de uno de los productores que más admiro, el gran Mario Caldato Jr., quien además sumó al proyecto a un co-productor, un genial músico brasileño llamado Alexandre Kassin. Después de haber trabajado 3 discos con el maravilloso Nacho Mañó, mi hermano del alma, mi maestro y mentor, quise darme otro aire, escalar otro pico, y darme el lujo de trabajar con otro grande, y tuve el regalo de conocer a otro más.
El disco tiene también participación del gran músico de mi país, Juan Pablo Vega, pero los detalles del disco vendrán después, este post es de otro tema, o del mismo, pero desde otro lado.

Río de Janeiro me llama, siempre lo ha hecho, y de nuevo atiendo su llamado, volví a dejar algo de mí allí, y volvía traerme cosas maravillosas, otro viaje, otra estación esculpiendo la forma que tengo como persona y como artista, un paso más en este maravilloso recorrido.

Volvimos a 'Jobi' un domingo al medio día, el 'sanduiche de pernil com abacaxi' estaba, la 'mustarda escura' también, pero Cecilio, su turno es en las noches, así que la visita estuvo incompleta. 

En mi primera visita a Río quise ver si podía grabar un disco allí, en mi segunda visita solamente mezclamos y masterizamos, en mi tercera visita planeamos, en mi cuarta visita planeamos y grabamos, pero no publicamos. Ahora en mi quinta visita, planeamos, grabamos, y vamos a publicar, así que el ciclo está completo.

No podía irme si saludar a Cecilio, así que el viernes antes de regresar a Colombia, fuimos a cenar a Jobi, como siempre el 'sanduiche de pernil com abacaxi' estaba, la 'mostarda escura' estaba, le añadimos un 'chopi' (vaso de cerveza), y le di un abrazo a Cecilio, le prometí un disco, como dije antes, el ciclo estaba completo.